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Una sociedad patrimonial es aquella cuyo principal objetivo es la gestión y administración de un patrimonio. A diferencia de una sociedad comercial que tiene actividad económica, una sociedad patrimonial no realiza operaciones comerciales, por lo que su tributación es distinta.
En primer lugar, es importante tener en cuenta que las sociedades patrimoniales están sujetas al Impuesto sobre Sociedades, al igual que cualquier otra sociedad. Sin embargo, al no tener actividad económica, su tributación puede variar.
En términos generales, una sociedad patrimonial tributa por los ingresos que obtiene de la gestión de su patrimonio. Esto incluye, por ejemplo, los rendimientos de alquiler de inmuebles, los dividendos de acciones, los intereses de cuentas bancarias, entre otros. Estos ingresos se suman y se declaran en el Impuesto sobre Sociedades.
Es importante destacar que las sociedades patrimoniales pueden optar por tributar en el régimen de atribución de rentas, en el que los socios son los que tributan por los ingresos que les corresponden. Esto puede ser beneficioso en determinadas circunstancias, ya que las rentas pueden tributar a un tipo impositivo menor.
Las sociedades patrimoniales y su tributación
Las sociedades patrimoniales son aquellas que tienen como principal objetivo la gestión y administración de un patrimonio, sin realizar una actividad económica como tal. Estas sociedades pueden poseer bienes inmobiliarios, inversiones financieras, participaciones en otras empresas, entre otros activos.
En cuanto a su tributación, las sociedades patrimoniales están sujetas al Impuesto sobre Sociedades, al igual que cualquier otra sociedad. Sin embargo, existen ciertas particularidades en la tributación de estas sociedades:
1. Las sociedades patrimoniales pueden acogerse al régimen de transparencia fiscal, lo que significa que los socios tributan directamente por las rentas generadas por la sociedad, evitando la doble imposición.
2. En el caso de que la sociedad realice actividades económicas de forma habitual, en lugar de gestionar un patrimonio, puede estar sujeta a un régimen tributario distinto, como el de actividades económicas.
3. Las sociedades patrimoniales también deben tener en cuenta la fiscalidad de los bienes que poseen, como inmuebles o valores mobiliarios, que pueden estar sujetos a impuestos específicos, como el Impuesto sobre Bienes Inmuebles o el Impuesto sobre el Patrimonio.
Gastos deducibles en sociedad patrimonial
En una sociedad patrimonial, los gastos deducibles son aquellos que están directamente relacionados con la generación de ingresos o la conservación del patrimonio de la sociedad. Estos gastos pueden ser deducidos de los ingresos brutos para determinar la base imponible de la sociedad.
Algunos ejemplos de gastos deducibles en una sociedad patrimonial son los siguientes:
1. Gastos de mantenimiento y reparación de los activos de la sociedad, como por ejemplo, los gastos de pintura de un inmueble o la reparación de maquinaria.
2. Gastos financieros, como los intereses pagados por préstamos destinados a la adquisición de activos o al desarrollo de la actividad de la sociedad.
3. Gastos de suministros y consumibles utilizados en la actividad de la sociedad.
4. Gastos de personal, como los sueldos y salarios de los empleados de la sociedad.
5. Gastos de alquiler de locales o maquinaria utilizados en la actividad de la sociedad.
Es importante tener en cuenta que para que un gasto sea considerado deducible en una sociedad patrimonial, debe cumplir con ciertos requisitos, como estar debidamente justificado y ser necesario para la actividad de la sociedad. Además, es fundamental llevar un adecuado registro contable de todos los gastos para poder deducirlos correctamente en la declaración de impuestos de la sociedad.
Beneficios de una sociedad patrimonial
1. Protección de bienes personales: Una sociedad patrimonial permite separar los activos personales de los activos de la empresa, lo que protege los bienes personales de posibles deudas o problemas financieros de la empresa.
2. Beneficios fiscales: Al constituir una sociedad patrimonial, se pueden obtener beneficios fiscales como la posibilidad de diferir impuestos sobre las ganancias de la empresa y aprovechar ventajas fiscales en la gestión de activos.
3. Facilita la planificación sucesoria: Al tener una sociedad patrimonial, se facilita la planificación sucesoria y la transmisión de la empresa a futuras generaciones, asegurando la continuidad del negocio.
4. Mayor flexibilidad en la gestión de activos: Una sociedad patrimonial permite una mayor flexibilidad en la gestión de los activos de la empresa, facilitando la diversificación de inversiones y la protección del patrimonio familiar.
5. Mejora la imagen empresarial: Contar con una sociedad patrimonial puede mejorar la imagen empresarial y transmitir una mayor solidez y profesionalismo a clientes, proveedores y socios comerciales.
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